Está muy claro que tener una alimentación consistente en grandes cantidades de alimentos procesados acortará nuestra vida, sin embargo, el 90 por ciento del dinero que gastamos en comida es en alimentos procesados, y la principal fuente de calorías proviene de los azucares un ingrediente básico en casi todos los alimentos procesados, desde comidas congeladas, hasta condimentos, aperitivos y refrescos.
Los investigadores incluso han descubierto que las mutaciones genéticas y disfunciones en nuestro organismo que causan enfermedades son creadas por el consumo de alimentos altamente procesados y artificiales.
Parte del problema es que estos alimentos procesados, azucarados y cargados con químicos, destruyen eficazmente nuestra microflora intestinal.
La flora intestinal tiene un poder increíble sobre el sistema inmunológico, el cual, por supuesto, es el sistema de defensa natural del cuerpo.
Los antibióticos, el estrés, los edulcorantes artificiales, el agua tratada con cloro y muchos otros factores también pueden reducir la cantidad de probióticos (bacterias beneficiosas) en nuestro intestino, que pueden predisponernos a enfermedades y al envejecimiento prematuro.
La flora intestinal tiene un poder increíble sobre el sistema inmunológico, el cual, por supuesto, es el sistema de defensa natural del cuerpo.
Los antibióticos, el estrés, los edulcorantes artificiales, el agua tratada con cloro y muchos otros factores también pueden reducir la cantidad de probióticos (bacterias beneficiosas) en nuestro intestino, que pueden predisponernos a enfermedades y al envejecimiento prematuro.
Lo ideal sería incluir en nuestra alimentación alimentos fermentados y cultivados tradicionalmente. Los vegetales fermentados son una excelente alternativa, ya que son deliciosos y fáciles de hacer.
Los alimentos cultivados o fermentados tienen una historia muy larga en casi todas las alimentaciones nativas, y siempre han sido muy apreciados por sus beneficios para la salud.
El proceso de cultivo produce microbios benéficos que son muy importantes para la salud humana ya que ayudan a equilibrar la flora intestinal, lo que aumenta la inmunidad general. Por otra parte, el intestino literalmente sirve como su segundo cerebro, e incluso produce más serotonina neurotransmisora, conocida por tener una influencia benéfica sobre el estado de ánimo a diferencia de lo que hace su cerebro, por lo que mantener un intestino sano beneficiará tanto a su mente como su cuerpo.
Los alimentos fermentados son también algunos de los mejores quelantes y agentes de desintoxicación disponibles, lo que significa que pueden ayudar a que el cuerpo elimine una gran variedad de toxinas, incluyendo metales pesados.
La recomendación es comer alrededor de un cuarto hasta media taza o 56 gramos de vegetales fermentados y otros alimentos cultivados, como el yogur crudo, con una de las tres comidas al día.
La recomendación es empezar con porciones muy pequeñas y aumentar gradualmente hasta llegar a consumir una ración de media taza. De esta manera la microflora intestinal tiene la oportunidad de adaptarse.
ADVERTENCIA: Si come demasiado o muy rápido, experimentara algunos de los síntomas de desmayo que pueden ser incómodos y confusos, debido a una crisis curativa rápida. Aquí es donde muchas personas no aguantan.
Empiece con poco, de esa manera usted no tendrá dolor de cabeza y otros síntomas. Permita que su inteligencia innata lo guíe, y si ve o siente algo que no está tan bien, no elimine el consumo de los alimentos fermentados ni tampoco diga: “¡Oh, eso no me cayó bien, me causo una reacción!” Eso no es lo que su cuerpo quiere decir. Lo que cuerpo quiere decirle es que: “disminuya la velocidad de su consumo.”
Existen Muchas Variedades de Alimentos Fermentados.
Los alimentos fermentados que podemos hacer fácilmente en casa incluyen:
Vegetales cultivados.
Chutneys o salsas picantes
Lácteos cultivados, como el yogur, kéfir y crema agria
Cómo Fermentar sus Propios Vegetales
He aquí un resumen rápido de la receta de sobre cómo hacer sus propios vegetales fermentados:
Triture y corte los vegetales elegidos.
Haga jugo de apio. Esto se utiliza como el escabeche, ya que contiene sodio natural y mantiene los vegetales anaeróbicos. Esto elimina la necesidad de la sal del mar, lo que impide el crecimiento de bacterias patógenas.
Guarde los vegetales y el jugo de apio junto con los inoculantes (cultivo iniciador, tal como los granos de kéfir, suero de leche, o polvo comercial de arranque o probióticos completos, todos los cuales pueden ser utilizados para fermentar verduras) en un tarro . Un machacador puede ser útil para llenar el frasco y eliminar las bolsas de aire.
Cúbralos con una hoja de col, tapándola por ambos lados. Asegúrese de que los vegetales estén completamente cubiertos con jugo de apio y que el recipiente este completamente lleno de jugo de apio, esto eliminara el aire atrapado.
Selle el frasco y colóquelo en un lugar cálido y ligeramente húmedo durante 24 a 96 horas, dependiendo de los alimentos que estén siendo fermentados. El rango de temperatura ideal es de 68-75 grados Fahrenheit, 85 grados máximo. Recuerde que el calor mata los microbios.
Cuando haya terminado, guárdelos en el refrigerador para frenar el proceso de fermentación.
COMO ALMACENAR LOS FRASCOS
Para obtener una fermentación óptima. Recuerde que no requieren un ambiente caliente y sólo deben mantenerse en una temperatura de alrededor de 72 grados.
Por último, pero no menos importante, resista la tentación de comer directamente del frasco. Esto puede introducir organismos de la boca al frasco. En su lugar, utilice siempre una cuchara limpia para sacar la cantidad que vaya a consumir, después, asegúrese que los vegetales del frasco hayan quedado cubiertos con la solución del escabeche, tape el frasco nuevamente.
El repollo debe representar al menos 80 por ciento de su mezcla de verduras. Zanahorias, remolachas, nabos y otros vegetales de raíz dura, también pueden servir como un punto de partida ideal para sus vegetales fermentados, pero no son tan económicos.
Cinco a seis cabezas de repollo de tamaño mediano producirán alrededor de 10-14 frascos de vegetales fermentados.
Puede utilizar la col roja o verde, pero asegúrese de que este dura y pesada, con hojas densas. Las variedades más ligeras, más frondosa tiende a convertirse en una masa que no fermenta bien.
Agregue otros vegetales de su gusto, como por ejemplo: pimiento rojo, amarillo o naranja, calabaza, eneldo, perejil, y remolacha roja o dorada. Cuidado: utilice los pimientos con moderación, ya que tienen una presencia muy fuerte. Un pimiento pequeño es suficiente para 12 a 14 frascos.
Utilice siempre vegetales ORGÁNICOS.
Pele los vegetales ya que la piel puede agregar un sabor amargo.
Cuando agregue compuestos aromáticos, tales como cebolla, ajo y jengibre, recuerde que la fermentación aumenta el sabor a varias veces, así que un poco será suficiente. ¡No se exceda! Unos dientes de tamaño mediano son suficiente para infundir una o más docenas de tarros con sabor a ajo suave.
La cebolla tiende a dominar, así que es mejor no usarla.
Al añadir las hierbas, utilice únicamente frescas hierbas orgánicas, en pequeñas cantidades. Algunas de las sabrosas son: albahaca, salvia, romero, tomillo y orégano.
Agregue vegetales o algas marinas para aumentar el contenido de minerales, vitaminas y fibra.
Utilice dos paquetes de cultivo iniciador para un lote de 12-14 frascos durante la temporada de verano. En el invierno, necesitara tres paquetes.
Durante el verano, los vegetales se suelen fermentar en tres a cuatro días. En el invierno, pueden necesitar hasta siete días. Sólo tiene que abrir el frasco y probarlos. Una vez que esté satisfecho con el sabor y la consistencia, transfiera los frascos al refrigerador.
Los alimentos cultivados o fermentados tienen una historia muy larga en casi todas las alimentaciones nativas, y siempre han sido muy apreciados por sus beneficios para la salud.
El proceso de cultivo produce microbios benéficos que son muy importantes para la salud humana ya que ayudan a equilibrar la flora intestinal, lo que aumenta la inmunidad general. Por otra parte, el intestino literalmente sirve como su segundo cerebro, e incluso produce más serotonina neurotransmisora, conocida por tener una influencia benéfica sobre el estado de ánimo a diferencia de lo que hace su cerebro, por lo que mantener un intestino sano beneficiará tanto a su mente como su cuerpo.
Los alimentos fermentados son también algunos de los mejores quelantes y agentes de desintoxicación disponibles, lo que significa que pueden ayudar a que el cuerpo elimine una gran variedad de toxinas, incluyendo metales pesados.
La recomendación es comer alrededor de un cuarto hasta media taza o 56 gramos de vegetales fermentados y otros alimentos cultivados, como el yogur crudo, con una de las tres comidas al día.
La recomendación es empezar con porciones muy pequeñas y aumentar gradualmente hasta llegar a consumir una ración de media taza. De esta manera la microflora intestinal tiene la oportunidad de adaptarse.
ADVERTENCIA: Si come demasiado o muy rápido, experimentara algunos de los síntomas de desmayo que pueden ser incómodos y confusos, debido a una crisis curativa rápida. Aquí es donde muchas personas no aguantan.
Empiece con poco, de esa manera usted no tendrá dolor de cabeza y otros síntomas. Permita que su inteligencia innata lo guíe, y si ve o siente algo que no está tan bien, no elimine el consumo de los alimentos fermentados ni tampoco diga: “¡Oh, eso no me cayó bien, me causo una reacción!” Eso no es lo que su cuerpo quiere decir. Lo que cuerpo quiere decirle es que: “disminuya la velocidad de su consumo.”
Existen Muchas Variedades de Alimentos Fermentados.
Los alimentos fermentados que podemos hacer fácilmente en casa incluyen:
Vegetales cultivados.
Chutneys o salsas picantes
Lácteos cultivados, como el yogur, kéfir y crema agria
Cómo Fermentar sus Propios Vegetales
He aquí un resumen rápido de la receta de sobre cómo hacer sus propios vegetales fermentados:
Triture y corte los vegetales elegidos.
Haga jugo de apio. Esto se utiliza como el escabeche, ya que contiene sodio natural y mantiene los vegetales anaeróbicos. Esto elimina la necesidad de la sal del mar, lo que impide el crecimiento de bacterias patógenas.
Guarde los vegetales y el jugo de apio junto con los inoculantes (cultivo iniciador, tal como los granos de kéfir, suero de leche, o polvo comercial de arranque o probióticos completos, todos los cuales pueden ser utilizados para fermentar verduras) en un tarro . Un machacador puede ser útil para llenar el frasco y eliminar las bolsas de aire.
Cúbralos con una hoja de col, tapándola por ambos lados. Asegúrese de que los vegetales estén completamente cubiertos con jugo de apio y que el recipiente este completamente lleno de jugo de apio, esto eliminara el aire atrapado.
Selle el frasco y colóquelo en un lugar cálido y ligeramente húmedo durante 24 a 96 horas, dependiendo de los alimentos que estén siendo fermentados. El rango de temperatura ideal es de 68-75 grados Fahrenheit, 85 grados máximo. Recuerde que el calor mata los microbios.
Cuando haya terminado, guárdelos en el refrigerador para frenar el proceso de fermentación.
COMO ALMACENAR LOS FRASCOS
Para obtener una fermentación óptima. Recuerde que no requieren un ambiente caliente y sólo deben mantenerse en una temperatura de alrededor de 72 grados.
Por último, pero no menos importante, resista la tentación de comer directamente del frasco. Esto puede introducir organismos de la boca al frasco. En su lugar, utilice siempre una cuchara limpia para sacar la cantidad que vaya a consumir, después, asegúrese que los vegetales del frasco hayan quedado cubiertos con la solución del escabeche, tape el frasco nuevamente.
El repollo debe representar al menos 80 por ciento de su mezcla de verduras. Zanahorias, remolachas, nabos y otros vegetales de raíz dura, también pueden servir como un punto de partida ideal para sus vegetales fermentados, pero no son tan económicos.
Cinco a seis cabezas de repollo de tamaño mediano producirán alrededor de 10-14 frascos de vegetales fermentados.
Puede utilizar la col roja o verde, pero asegúrese de que este dura y pesada, con hojas densas. Las variedades más ligeras, más frondosa tiende a convertirse en una masa que no fermenta bien.
Agregue otros vegetales de su gusto, como por ejemplo: pimiento rojo, amarillo o naranja, calabaza, eneldo, perejil, y remolacha roja o dorada. Cuidado: utilice los pimientos con moderación, ya que tienen una presencia muy fuerte. Un pimiento pequeño es suficiente para 12 a 14 frascos.
Utilice siempre vegetales ORGÁNICOS.
Pele los vegetales ya que la piel puede agregar un sabor amargo.
Cuando agregue compuestos aromáticos, tales como cebolla, ajo y jengibre, recuerde que la fermentación aumenta el sabor a varias veces, así que un poco será suficiente. ¡No se exceda! Unos dientes de tamaño mediano son suficiente para infundir una o más docenas de tarros con sabor a ajo suave.
La cebolla tiende a dominar, así que es mejor no usarla.
Al añadir las hierbas, utilice únicamente frescas hierbas orgánicas, en pequeñas cantidades. Algunas de las sabrosas son: albahaca, salvia, romero, tomillo y orégano.
Agregue vegetales o algas marinas para aumentar el contenido de minerales, vitaminas y fibra.
Utilice dos paquetes de cultivo iniciador para un lote de 12-14 frascos durante la temporada de verano. En el invierno, necesitara tres paquetes.
Durante el verano, los vegetales se suelen fermentar en tres a cuatro días. En el invierno, pueden necesitar hasta siete días. Sólo tiene que abrir el frasco y probarlos. Una vez que esté satisfecho con el sabor y la consistencia, transfiera los frascos al refrigerador.
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