Un componente presente en sus semillas ayuda a eliminar las toxinas acumuladas en el hígado.
La silmarina, un componente presente en las semillas del cardo mariano, ha demostrado que ayuda a eliminar las toxinas acumuladas en el hígado, como las originadas por los excesos navideños de comida y alcohol, según el Centro de Investigación sobre Fitoterapia.
«Es una de las plantas sobre las que existen más estudios científicos sobre su eficacia hepatoprotectora», explica Teresa Ortega, profesora de Farmacología de la Universidad Complutense de Madrid y vicepresidenta de Infito.
Esta planta se utiliza desde antiguo para proteger el hígado de toxinas ambientales y químicas, efecto hepatoprotector que se atribuye a distintos componentes polifenólicos incluidos en la silimarina, sobre todo a la silibinina.
Los resultados de diferentes trabajos de investigación realizados en animales y en humanos, demuestran que tanto la silimarina como la silibinina tienen actividad antioxidante, antiinflamatoria, antifibrótica y hepatoprotectora, siendo eficaz para prevenir el daño hepático provocado tanto por el alcohol como por otras sustancias.
La silimarina actúa en el hígado aumentando las defensas antioxidantes y ejerciendo un efecto antiiflamatorio. «Se ha observado que no solo previene la hepatotoxicidad producida por el alcohol, sustancias tóxicas como las contenidas en diferentes setas, contaminantes ambientales y medicamentos, sino que también contrarresta los efectos negativos de la acumulación hepática de ácidos grasos (hígado graso)».
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