El paso del tiempo y los malos hábitos de alimentación, sedentarismo y exceso de medicación acidificante, predispone al cuerpo humano a la osteoporosis, una enfermedad que debilita los huesos y los expone a fracturas.
Las estadísticas indican que aún afecta más a las mujeres y nos dicen que alrededor del 50% de las mismas, y una cuarta parte en el caso de los hombres, sufrirán alguna fractura debido a la osteoporosis.
Hay factores de riesgo inevitables: el paso de los años, complexión pequeña, ser blanco o asiático y, en cierta medida, la predisposición genética. Hay otros factores que son manipulables por nuestra voluntad: podemos elegir lo que comemos, ser cuidadosos a la hora de ingerir medicamentos o tener un estilo de vida físicamente activo.
La humanidad ha aprendido a identificarse con la civilización y observar lo que se ha evolucionado desde los tiempos primitivos con un aire de suficiencia; este es un punto cuestionable, pues en muchos casos, los tiempos que corren conllevan enfermedades que otrora no existían o eran insignificantes, la osteoporosis por ejemplo.
La osteoporosis es claramente una enfermedad de la civilización. En materia de alimentación, actividad física o prácticas de higiene y salud corporal, definitivamente, analizando el grueso de la población actual, hemos involucionado. La industrialización y refinación de los alimentos, marcan claramente que somos una especie de consumo autodestructivo; las comodidades modernas han reemplazado el trabajo físico que puede ser costoso o desagradable, pero en lugar de reemplazarlo por actividades físicas agradables, hemos sumado horas frente al ordenador y el televisor. Los medicamentos que utilizamos prometen resultados rápidos sin cambios en nuestro estilo de vida, pero traen como consecuencia más enfermedad. La suma de todo esto es el punto en que se apoyan la osteoporosis y otras enfermedades degenerativas.
Las estadísticas indican que aún afecta más a las mujeres y nos dicen que alrededor del 50% de las mismas, y una cuarta parte en el caso de los hombres, sufrirán alguna fractura debido a la osteoporosis.
Hay factores de riesgo inevitables: el paso de los años, complexión pequeña, ser blanco o asiático y, en cierta medida, la predisposición genética. Hay otros factores que son manipulables por nuestra voluntad: podemos elegir lo que comemos, ser cuidadosos a la hora de ingerir medicamentos o tener un estilo de vida físicamente activo.
La humanidad ha aprendido a identificarse con la civilización y observar lo que se ha evolucionado desde los tiempos primitivos con un aire de suficiencia; este es un punto cuestionable, pues en muchos casos, los tiempos que corren conllevan enfermedades que otrora no existían o eran insignificantes, la osteoporosis por ejemplo.
La osteoporosis es claramente una enfermedad de la civilización. En materia de alimentación, actividad física o prácticas de higiene y salud corporal, definitivamente, analizando el grueso de la población actual, hemos involucionado. La industrialización y refinación de los alimentos, marcan claramente que somos una especie de consumo autodestructivo; las comodidades modernas han reemplazado el trabajo físico que puede ser costoso o desagradable, pero en lugar de reemplazarlo por actividades físicas agradables, hemos sumado horas frente al ordenador y el televisor. Los medicamentos que utilizamos prometen resultados rápidos sin cambios en nuestro estilo de vida, pero traen como consecuencia más enfermedad. La suma de todo esto es el punto en que se apoyan la osteoporosis y otras enfermedades degenerativas.
Aquí la alimentación y la actividad física son fundamentales.
Entre los alimentos a evitar debemos mencionar el café, el azúcar, los edulcorantes artificiales y las gaseosas, sustancias todas que acidifican la sangre y estimulan la pérdida de calcio.
Es importante asegurarse una buena asimilación del calcio y esto no se logra tanto obsesionándose con el consumo de lácteos, sino promoviendo una alcalinización de la sangre y asegurándose la ingesta de nutrientes coadyuvantes como el boro, el magnesio, el silicio y, por supuesto, el calcio en cantidades razonables.
Tengamos presente que hoy día somos la generación de toda la historia de la humanidad que mayor exposición tiene al consumo de calcio, tan sólo ver la cantidad de alimentos aditivados y la constancia con la que los médicos machacan para que tomemos mucha leche, y sin embargo padecemos más debilidad ósea que nunca.
Asegúrese de consumir unas cuantas porciones de frutas y verduras frescas, pequeñas porciones de legumbres y frutos oleaginosos, cereales integrales, aceites de buena calidad (oliva virgen extra, girasol o lino de primera prensada) y modere las carnes, los lácteos y los huevos. Con esto nuestro cuerpo recibirá la nutrición básica para una buena salud en general y unos huesos fuertes en particular.
Paralelamente, realice actividad física variada y, especialmente desde la adolescencia, una ejercicios con sobrepeso moderado para favorecer la osteogénesis.
Finalmente, asegúrese que toma sol; en horas saludables, el sol es la mejor fuente de vitamina D y un gran amigo de los huesos.
Tratamiento Ortomolecular
Si ya padece osteoporosis, la estrategia diseñada hasta aquí será insuficiente y deberá agregarle algunos complementos nutricionales:
Complemento vitamínico-mineral:
- Boro, 12 mg
- Calcio orgánico, 400 mg
- Magnesio, 400 mg
- Silicio, 100 mg
- zinc, 20 mg
- Vitamina C, 1,000 mg
- Betacaroteno, 20,000 UI
Acidos Grasos Esenciales:
- Aceite de Pescado (Omega 3), 3,000 mg
Plantas medicinales:
- Cola de Caballo
- Maca
- Spirulina
- Bambú
No hay comentarios:
Publicar un comentario